El presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, alertó por la fuerte presión de los costos de las materias primas que “pulverizaron” la rentabilidad de las fábricas y pusieron en riesgo a inversiones y empleo, y sostuvo que “si bien cada sector tiene sus reclamos, que se pueden expresar de la manera más conveniente, parece injusto paralizar una parte de economía cuando las pymes deberían estar en protesta ya hace mucho tiempo ante los constantes aumentos en las materias primas e insumos que se producen en el país, que fueron muy por encima de la inflación”.
“El maíz aumentó alrededor del 90% en plena pandemia. Los costos de los insumos difundidos crecen a valores dolarizados. Hay materias primas que son fundamentales para la producción industrial, como el polipropileno utilizado en el packaging, que aumentaron sus precios de manera sostenida por encima del IPC durante todo el 2020. Lo increíble es que todos son de origen nacional, con cero o muy poca incidencia del valor del dólar”, se quejó Rosato, y afirmó: “Por los aumentos desmedidos en los costos, las pymes deberíamos haber hecho muchos paros, pero hoy es tiempo de ayudar al país”.
El IPA había señalado en septiembre pasado un “insostenible” aumento en los precios de los insumos difundidos -con incrementos de hasta al 50% en dólares-, que incluía a rubros como el acero y el plástico, siendo este último un factor determinante en los costos de los productos en góndola ya que el polipropileno se utiliza para los envases.
“A diario los insumos llegan con aumentos a las fábricas, y no solamente de un sector. En el rubro de los alimentos, se registraron incrementos de precios muy por encima de la inflación. Una pyme del sector tiene que lidiar, además, con la escasez de materia prima y eso empuja el valor. Pero a la vez, por la política de control de precios del Gobierno y sumado a la necesidad de mantener el consumo, las fábricas no trasladan esos costos a los consumidores”, aclaró Rosato.
El presidente de IPA evitó calificar el paro anunciado por entidades agropecuarias ante la intervención del Gobierno en la exportación de cereales, pero destacó que “aumentos que impulsó el sector, que llegaron alrededor 90% durante la pandemia, parecen desacreditar lo razonable de una medida de fuerza de estas características ante el esfuerzo que hace la industria para evitar que esos precios se trasladen a las góndolas”.
“En medio de la crisis mundial más profunda de la historia y que impactó fuertemente en la Argentina por la recesión heredada, el verdadero aporte extraordinario lo hacemos las fábricas sosteniendo los portones abiertos y manteniendo el empleo. Somos las pymes las que deberíamos estar haciendo paro ante los incontrolables aumentos que recibimos durante todo el año, y que nos llevaron a endeudarnos, nos quitaron toda posibilidad de invertir y también impidieron a los trabajadores lograr mejores salarios para dinamizar el mercado interno”, enfatizó Rosato.
Y agregó: “Paralizar la economía en este momento significa ponerle un límite a la reactivación, que aún aparece incierta ante la dilatación del fin de la pandemia y que conlleva la extensión de los costos por protocolos sanitarios que asumen las fábricas. Por eso confiamos en la profundización y multiplicación de los espacios de diálogo para incluir en el análisis a toda la cadena productiva, que es afectada por decisiones sectoriales y, muchas veces, sin considerar el impacto en las pymes y el trabajo registrado”.