La historia no miente, los que mienten son aquellos que intentan tergiversarla en beneficio propio. El recuerdo está fresco en el pueblo costero marchiquitense; el poder absoluto que tuvo Mateo Paredi, hijo del actual intendente y actual Dir. De Recursos Naturales municipal, parece volver a hacerse presente. En una actitud voraz, propia de una concepción política sustentada en el “vamos por todo”,  avanza nuevamente contra los concesionarios de los comúnmente denominados “chiringos”.

Utilizando como argumento la necesidad de contar con más espacios públicos en las playas marchiquitenses para morigerar los riesgos de contagio del COVID-19, el Intendente Jorge Paredi, sin ningún tipo de explicación y de modo unilateral, ha rescindido los contratos de las unidades turísticas fiscales comúnmente denominadas “Chiringos”.

Este hecho ya no sorprende a una comunidad que se ha acostumbrado a los destratos, faltas de respeto y frecuentes aprietes de un gobierno que carece de intenciones democráticas. En este sentido, se han convocado marchas para dejar en claro que este modus operandi ya no es bienvenido.

Curiosamente, a partir de la lectura del Boletín Oficial, se vislumbra la existencia de las Licitaciones Públicas 4 y 5 del corriente, oferentes de la explotación de las Unidades Turísticas Fiscales de las localidades de Mar de Cobo y La Caleta. Este hecho contradice rápidamente los pobres argumentos del Secretario de Turismo Marcelo Artime quien manifestara, hace escasos meses, que estaba a favor de los pequeños “chiringos” y en contra de los grandes balnearios que son, en definitiva, quienes ocupan grandes extensiones de playas públicas. En muchos casos, inclusive, más allá de lo estipulado contractualmente. Este delito no parece importarle al jefe comunal.

Más allá de las diferentes posturas, lo que no acepta discusión, es que “volvió la gestión”…