Desconcertado y consternado, así me siento al momento de escribir lo que me pasa cuando veo lo que pasa. Ahora resulta que el Macrismo nunca se fue de Mar Chiquita. Sigue ahí, pero disfrazado.

Durante cuatro años resistí, participé y padecí a todos esos tipos. Empresarios, millonarios, ignorantes neoliberales sin conciencia de clases que tanto daño le hicieron a la Argentina y Mar Chiquita.

Me enojé, me angustie y expuse cada una de las políticas que afectaban a los trabajadores, a la cultura, a las Pymes y a los jóvenes, quienes necesitaban un lugar de dignidad, cosa que se negaba. Por que necesitábamos solo eso, dignidad. No queremos millones, miles de casas, hoteles, manejar cooperativas para lavar dinero ni comprar acciones en Wall Street. Solo dignidad.

Hoy veo con tristeza que cada acción política, que debería hacerle la vida más fácil a los vecinos y trabajadores, es en contra de la comunidad. Veo que en el lugar donde vivo en vez de diálogo, se usan topadoras, esas que derrumban proyectos y las que atropellan derechos y opiniones. Proselitismo político que solo adula al patrón de hacienda, que a través de trolls, difaman y descalifican al que critica.

Veo constantes decisiones que van a contramano de toda la intención y la acción del Gobernador e incluso del mismísimo Presidente Alberto Fernández que intenta ser la salida de lo más profundo de un gobierno pésimo como fue el de Mauricio Macri.

Durante este tiempo, en Mar Chiquita en medio de los graves conflictos por el medio ambiente, la cultura, el turismo, la salud y hasta en el ámbito de los trabajadores que dependen del municipio, las determinaciones del gobierno local fueron del macrismo claro y explícito.

Siento que grandes líderes nacionales como Néstor y Cristina, se avergonzarían de las acciones que se impone en este municipio. Siento que si lo que representan es peronismo, claramente algo entendí mal.

*Director Artístico de Bunker 91.9 FM. Conductor del programa la Hora de los Malditos de lunes a viernes de 10 a 13.