Sin dudas, el cuarto mandato de Jorge Paredi como Intendente de Mar Chiquita es el más intenso de todos. El uso de la topadora, los aprietes con otorgamientos de contratos de trabajo y hasta las amenazas, no le son acciones ajenas a la forma de gobernar los períodos anteriores. La diferencia es que actualmente internet, con las redes sociales como protagonistas, permiten que esas prácticas comunes, se den a conocer a la comunidad.

Jorge Paredi tuvo malas experiencias con las redes sociales. En el año 2014, cuando su primo Miguel dejó el Frente para la Victoria y se sumó al massismo, recorrió los canales de televisión del país. El momento en que el intendente se presentó en la sesión del Concejo Deliberante para increpar su familiar, terminó con una batalla a golpes de puño que registró el periodista Sebastián Jiménez y se viralizó.

En 2015, un video de YouTube mostró como apretaba a los guardavidas –que aún no tenían gremio-, en una playa de Santa Clara del Mar. Otra vez, las imágenes recorrieron los noticieros de la Argentina.

La más reciente, en 2019 cuando reconoció que su esposa violó la cuarentena para hacer unas “compritas en Mar del Plata” y contrajo covid-19. El video se subió a la cuenta oficial de la municipalidad y fue reproducida en los principales canales de noticias del país.

En el comienzo del año, Jorge Paredi decidió que tres concesiones en las playas de Santa Clara, tenían que terminar. La comunidad se mostró en contra de la determinación del intendente, sin embrago el jefe Comunal eligió mandar una topadora y derrumbar parte de una edificación. El video de las maquinas contra la construcción se esparcieron rápidamente por internet.

Este año, uno de sus más estrechos funcionarios, amenazó abiertamente a un periodista. No pasó absolutamente nada. Con la vergonzosa determinación del fiscal Ramiro Anchub en archivar la causa en una semana sin haber tomado absolutamente ninguna medida. Los concejales del Frente de Todos, indignados en más de un comunicado por hechos de similares características, miraron para otro lado mientras la comunidad pedía la renuncia en la puerta de la delegación Santa Clara del Mar y lo mostraba en las redes sociales.

El gobierno no sabe cómo justificar los groseros errores que comete y apela a cualquier cosa para desviar la atención. El mismo funcionario mintió al anunciar en Radio Nacional Folclórica la implementación de una aplicación para ir a la playa que nunca existió, ahora apela la cuestiones bajas que lo dejan en ridículo.

Marcelo Artime mostró un contrato del año 2015 y sostuvo que el hijo de quien suscribe, fue jefe de Guardavidas. Es tan berreta lo del funcionario, porque la persona que aparece en la documentación, tiene casi la misma edad que “el dueño”, imposible que sea su progenitor.

Confundido, como su pasado político, el funcionario se refirió a algunos de los tres hijos menores de “el dueño”. Pero ya demostró que no tiene límites a la hora de mentir.

Pero es probable que las malas prácticas no sean de única propiedad del oficialismo. La oposición, no se expresa. La Coalición Cívica – Ari, autodefinida como “una alternativa diferente”, no opina. La UCR, hasta aquí algún que otro posteo frio en la web y el PRO más allá de algún pronunciamiento, no asumen responsabilidad como representantes de la comunidad y se presentan como espectadores de lujo a la espera de una oportunidad.