Opinion por: Pablo Portaluppi.

7 de agosto de 2023

Mar del Plata: La extraña alianza k entre Fernanda Raverta y el ex intendente Gustavo Pulti

Retener al menos la provincia de Buenos Aires. Compartir en:

A pocos días de las PASO, donde comenzará a definirse el futuro de la Argentina, el kirchnerismo apuesta muy fuerte a retener al menos la provincia de Buenos Aires. Y en este objetivo que se ha trazado, Mar del Plata ocupa un lugar sumamente estratégico.

Hace pocas semanas se confirmó que General Pueyrredon es el segundo distrito bonaerense en cantidad de electores. Tiene 569.590 y solo es superada por La Matanza, que posee 1.043.853. Por detrás quedó La Plata, con 566.690, y grandes distritos del conurbano: Lomas de Zamora (512.325), Quilmes (475.687), Almirante Brown (455.128), Merlo (425.677), Lanús (376.761), Moreno (362.037) y San Martín (351.696).

Es decir, los votos que pueda obtener en la ciudad balnearia, históricamente esquiva al peronismo, son fundamentales.

Y actuó en consecuencia. Un día antes del cierre de listas, sellaron una alianza la principal referente kirchnerista local, la titular de ANSES Fernanda Raverta, y el ex intendente Gustavo Pulti, del partido local Acción Marplatense. El nuevo espacio se llama “Encuentro Marplatense” y lleva como precandidata a jefa comunal a la dirigente camporista y a Pulti como aspirante a diputado provincial por la quinta sección electoral.

Los resultados de 2019 ayudan a explicar esta unión. El actual intendente Guillermo Montenegro, quién buscará su reelección, apenas aventajó a Raverta por 9.712 sufragios, una diferencia muy exigua. En aquel momento se dijo que si Gustavo Pulti no se hubiera presentado en busca de su tercer mandato, hoy el kirchnerismo estaría gobernando la ciudad.

Es que el ex intendente logró hace cuatro años 46.176 votos. Si bien no se puede afirmar que la totalidad de los mismos habrían ido a parar a Raverta si aquel hubiese declinado su candidatura, es altamente probable que así lo hubiera hecho una buena porción de ellos , ya que Pulti nunca se mostró cerca de Juntos por el Cambio y de su antecesor Cambiemos.

Más bien todo lo contrario. El actual precandidato a diputado fue un aliado casi incondicional del ex gobernador Daniel Scioli cuando estuvo al frente del distrito, entre 2007 y 2015, coincidiendo con el mandato del actual embajador en Brasil. Cuando ganó la intendencia, lo hizo con “boleta corta”, es decir, sin llevar candidato a Presidente. Y mientras en Mar del Plata Elisa Carrió fue quien obtuvo más votos en 2007, Pulti fue electo intendente.

Pero de allí en más, su figura estuvo fuertemente vinculada a Scioli, ya sea por simpatías o simplemente por necesidad, ya que recibió desde La Plata cuantiosos giros para emprender importantes obras. Así y todo, su gestión al frente del Ejectutivo Municipal arrojó algunos aspectos controversiales.

El déficit que dejó su gobierno, según cifras oficiales de 2015, fue de $743 millones. Al cambio del momento, eran unos 46.5 millones de dólares y representaba un 15% del presupuesto anual de aquel entonces.

Por su parte, la deuda con proveedores era de $636 millones. De este total, $104 millones correspondían a la seguridad social de los empleados municipales, mayormente a las obras sociales.

Entre 2007, cuando asumió Gustavo Pulti, y 2015, la planta de empleados municipales pasó de 7474 personas a 10.962, lo que equivale a un crecimiento de más de un 45%. A su vez, los cargos políticos pasaron de 51 a 178 en 8 años, es decir, casi un 250%.

Al momento de asumir el ya fallecido ex intendente Carlos Arroyo el 10 de diciembre de 2015, el municipio no tenía para abonar ni sueldos ni aguinaldos. Las arcas estaban, literalmente, vacías. Un ex funcionario arroyista consultado recuerda que “en mi despacho no había ni papel higiénico, ni pisapapeles. Hasta se habían robado los picaportes de las puertas”. Y agrega: “Para poder pagar los sueldos, tuvimos que cobrar por adelantado los cánones de la temporada de verano que se venía”.

Es que ya no estaba Scioli en La Plata, quien giraba todos los meses religiosamente a la ciudad fondos para poder afrontar los sueldos.

Apenas asumido en el sillón de Dardo Rocha, el 18 de junio de 2008, el ex motonauta le cedió a Florencio Aldrey Iglesias, unos de los vacunados vip y virtual “dueño” de Mar del Plata, de manera directa y escandalosa, a través de su empresa Hotelera del Mar S.A., la concesión por 30 años de la explotación del NH Gran Hotel Provincial y del Casino de dicho establecimiento, eximiéndolo del pago de IIBB desde su reinauguración.

El proceso licitatorio duro apenas dos meses, y la fecha del contrato social de dicha firma es del 5 de mayo de 2008, es decir, apenas 45 días antes del “obsequio” de Scioli. Pero eso recién fue el comienzo: mediante el decreto 2849, y a escasos días de dejar el poder, Gustavo Pulti, prorrogó la exención por 10 años del pago de las tasas municipales. Hotelera del Mar tampoco las abonaba desde 2008.

Aldrey es el dueño del multimedios “La Capital”, donde desde sus páginas el ex jefe comunal fue muy bien tratado.

Y cabe recordar algo más. La Unidad Turística Fiscal “Emprendimiento Paseo Las Toscas y Paseo Hermitage”, es explotado por Florencio Aldrey Iglesias, a través de la firma Hermitage SA, desde 1999, con vigencia hasta 2029. Comprende 11.000 mts 2, compuestos por 3 balnearios, 248 cocheras, un anfiteatro, diez locales. Y un casino, llamado “Casino del Mar”, ubicado frente al famoso Hotel Hermitage.

Recién en 2019, durante el gobierno de Carlos Arroyo, a partir de la verificación de los contratos, se reveló que Hermitage SA le abonaba al Estado municipal en concepto de canon por la explotación del predio la irrisoria suma de $9.000 por mes, desglosada en $8.300 por los balnearios, cocheras y locales, y sólo $833 por el Casino.

Nunca Pulti reclamó por aquel despropósito.

En aquel momento, alquilar un departamento de 80 mts2 costaba $12.000 mensuales, y Aldrey pagaba por 11.000 mts2 una cifra aún menor.

Según declaraciones del por entonces Secretario de Hacienda municipal, Hernán Mourelle, “con ese canon las arcas públicas dejaron de recaudar 84 millones de dólares”, más del doble del déficit que dejó Pulti.

El caso de las licencias truchas

En los primeros meses del año 2014, estalló en la ciudad un resonante caso de corrupción vinculado a obtención irregulares de licencias de conducir. Lo que comenzó siendo una investigación promovida por el gobierno de Gustavo Pulti, casi se transforma en un agudo dolor de cabeza para su gestión.

Desde hacía años, se sospechaba que podían obtenerse registros de conducir ‘por izquierda’. Hasta aquí, nada nuevo. Pero en este caso, lo que resaltó fue la revelación de la existencia de una verdadera organización, compuesta inicialmente por 25 personas, de las cuales nada menos que 18 eran funcionarios municipales.

El caso parecía no rozar al ex jefe comunal, hasta que se conocieron las declaraciones de dos imputados ‘arrepentidos’; las menciones a Pulti comenzaron a multiplicarse, por lo que la justicia local inició una causa al respecto.

La pesquisa abarcó el período comprendido entre el 9 de marzo de 2011 y el 8 de abril de 2014, y el delito investigado era, lisa y llanamente, el otorgamiento de registros de conducir mediante el cobro de una “tarifa” a amigos o directamente personas que no estaban en condiciones de manejar, ya sea por algún problema físico o psíquico. El tema es que el modus operandi se transformó en una enorme y descontrolada organización.

A tal punto llegó el asunto, que la justicia, cuando dispuso un allanamiento sorpresa, se llevó detenidos a más del 60% de los empleados de la dependencia municipal.

Valga un ejemplo. Si un cliente ostentaba alguna dificultad física, la tarifa se incrementaba -se exigían entre $500 y $3 mil, unos 500 dólares de aquel entonces.

De acuerdo a la requisitoria del ex fiscal de la causa, Marcos Pagella, se trataba de ‘un grupo de personas que se organizaron criminalmente para lucrar de manera indebida con la tramitación y expedición de licencias de conducir’. La misma constaba de 159 hechos (delitos) probados y se detectaron cerca de 10.000 carnets truchos.

El principal imputado era Juan Carlos Belmonte, que ostentaba el cargo de Jefe de División Licencias, Manejo Defensivo y Accidentología-, nombrado en el pomposo cargo por el propio intendente Pulti mediante Decreto con fecha 18 de julio de 2008.

Numerosas escuchas telefónicas y testimonios involucraban a Belmonte como cabecilla declarado de la organización. De hecho, era él quien rubricaba con su firma la finalización de cada trámite. Sin embargo, a partir de la declaración de dos ‘arrepentidos’ y de una tercera persona, la causa fue tomando un cariz más peligroso. Los testimonios ofrecidos por estas personas apuntaron al propio Gustavo Pulti.

Sin embargo, consultadas al respecto, fuentes directas de la investigacióndijeron a este medio que “no había elementos objetivos que hicieran presumir que Pulti estuviese metido en el ilícito, eran más bien rumores y comentarios, pero no había evidencias”.

La misma fuente a su vez admite que “se pudo comprobar que Belmonte le organizó a Pulti algunos actos con dinero presuntamente obtenido por las licencias, pero no se pudo comprobar”, pero resalta que “desde su gobierno nos facilitaron y colaboraron con muchas cosas para agilizar la investigación, quizá para cubrirse, pero al menos lo hicieron”.

“Fue un escándalo. Los imputados tenían autos, casas, no podían justificar todo eso con su sueldo. Pero además el tema rozó al entonces jefe de la Departamental, y al gremio de los Municipales y hasta a la UTA”, rematan los investigadores.

A partir de declaraciones de los arrepentidos, se involucró a importantes funcionarios, entre los que destacaban Guillermo Iglesias -ex Director de Movilidad Urbana-, Adrián Alveolite -ex Subsecretario de Control Municipal-, y al Concejal Ariel Ciano, hombre de extrema confianza del ex jefe Municipal, y hoy, hombre de Sergio Massa en el distrito.

Se recuerdan algunos detalles de la causa judicial, a los que en su momento este periodista tuvo acceso: ‘Brenda Burgos y Jorge Rubilar (arrepentidos) no solo admitieron haber participado en los hechos atribuidos, sino que también sindicaron como copartícipes de múltiples maniobras ilícitas a otros funcionarios que piramidalmente llegan incluso, pasando por Iglesias, Vidal (actual Titular del Distrito), Alveolite y Ciano, al propio Intendente Municipal Pulti (…)’. Asimismo, se cita: ‘Distintos funcionarios municipales les «enviaban» personas para efectuar trámites’.

Adicionalmente, Burgos revelaba: ‘Belmonte se jactaba de ser amigo de Pulti: Yo lo llamo a mi amigo Gustavo, decía’. Y agregaba: ‘Recuerdo que, si había algún problema, lo llamaba a Gustavo y se reunía”.

Por su parte, Rubilar confesaba que, ‘al arribar Pulti como Intendente, pone a Belmonte y saca a Araneo (en ese entonces, Jefe de Licencias) diciéndole que, si no, se le imputarían una serie de irregularidades con los registros (…) Primero, Belmonte ponía trabas para que no se hagan licencias irregulares, y esto se solucionó cuando todos acordamos con él darle dinero por cada trámite. Su firma se pagaba’.

Durante la realización del juicio ante el Tribunal Oral Federal 2, Juan Carlos Belmonte, apuntó directamente contra el ex intendente en su declaración: “Fue por orden del señor Gustavo Pulti”, acusó. “Nunca se nombró de Belmonte para arriba, nunca se investigó”, agregó.

En ese marco, el acusado declaró que el primer caso fue enviado por el entonces jefe comunal, “para quien fuera ministro de Agricultura y después embajador en Venezuela Carlos Cheppi”. Y continuó: “Era bien sabido y me hago responsable de lo que voy a decir, que se robaba para la corona”.

Finalmente, en julio de 2018, el TOF, integrado por los jueces Néstor Conti, Alexis Simaz y Roberto Falcone, condenó a 14 años de prisión y ordenó detener a Juan Carlos Belmonte, además de encontrar culpables a todos los imputados de formar parte de la asociación ilícita, a quienes les impuso penas de 4 a 11 años de prisión. Pero a juicio solo llegaron 10 de los 25 imputados iniciales, por aceptar la figura del juicio abreviado.

Vale resaltar el detalle de los delitos por los cuales se condenó a Belmonte: incumplimiento de los deberes de funcionario público (132 hechos), cohecho pasivo (38), falsedad ideológica de documento público (1 hecho) y tenencia ilegal de arma de uso civil (1 hecho).

El tema, poco a poco, fue desapareciendo de los medios locales.

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