Una construcción muy equivocada es la que hoy enmarca la adicción. “Drogadictos”. ¿Cuál es la primera imagen que se te viene a la mente? Seguro pensas en un grupo de jóvenes, una esquina, la plaza de la ciudad o del barrio, una zona alejada y peligrosa, violencia y robos. Permítanme contar que, esta construcción además de errónea, es arrastrada de antaño y una de las principales generadoras de desigualdad. Atención.

Una droga es cualquier sustancia que puede interactuar y modificar nuestro sistema nervioso y según las construcciones socio históricas, jurídicas, sanitarias y económicas, las dividimos en legales e ilegales. Alcohol y tabaco, son las drogas legales con mayor índice de accidentes y mortalidad (cada 60 minutos una persona muere a causa del alcohol). Los barbitúricos (“sedantes”) costaron la vida de Marilyn Monroe entre otro gran número de personas en la década de los 60 (1 de cada 10 usuarios). Los mismos, fueron reemplazados por las famosas benzodiazepinas las cuales generaron altísimos niveles de dependencia hasta la fecha y su magia hizo inclusive que “The Rolling Stones” les escriba una canción, “Mother´s Little Helper”. ¡Si! Drogas legales aceptadas por la sociedad o gran parte de ella.

Por otra parte, drogas hoy ilegales como la cocaína, también fueron utilizadas masivamente por la sociedad. Vinos “Mariani” que contenían dicha sustancia, “Haz feliz a tu nariz” era entre otros un slogan publicitario que rondaba el 1900. El Cannabis, era uno de los 4 cultivos principales en China hace 12 mil años y posteriormente se prohibió por asociarse a inmigrantes y sectores sociales bajos.

Todos somos potenciales adictos, consumiendo drogas legales o ilegales. ¿Por qué? por un dolor, un malestar, quizás para descontracturar luego del trabajo o ahogar las penas de un duelo o separación. Entonces, ¿Qué diferencia hay entre “el joven de la plaza” y la tía que sufre crisis de pánico y toma lorazepam?. ¿Qué diferencia al que no aguanta prender un cigarro y se levanta de la mesa, al señor de la esquina con un cigarro de marihuana? más bien, ¿Entre tomar un vino de 2 lucas en el parque con una “bella” compañía y Ramón con su "tetra" en la plaza donde trabaja? Las posibilidades, la sustancia y el contexto socio económico cultural.

Criminalizar y marginalizar a los sujetos de una sociedad por la sustancia que consume, como o donde, es no prestar atención al problema, la raíz del consumo problemático. Es creer que la persona sólo consume por goce o dependencia fisiológica a una sustancia y no por una dolencia, por una realidad. Los sectores sociales resguardados que hacen uso y abuso de sustancias legales e ilegales, excluyen desde un prejuicio al consumidor más vulnerable socioeconómicamente, generando marginalización, un grupo aparte de minorías cada vez mayor sin acceso a salud, educación, trabajo, terapias, mucho menos reinserción.

Entender el consumo problemático como una responsabilidad social y colectiva es fundamental para comenzar a desactivar prejuicios. Entender a las personas como sujetos únicos con una realidad, un problema, un dolor físico psíquico o social, con capacidad independiente de reaccionar a esa problemática, es la llave para romper el fetiche de una sustancia y pensar el porqué. Todos podemos caer en un consumo problemático independientemente de la sustancia.

Si aún te quedan dudas, recordando el primer párrafo: Imagina un grupo de personas en una plaza, enfermos consumiendo. ¡Drogadictos! "...-Estos son quienes colapsan el sistema público de salud. Nuestros recursos son para ellos, los médicos no deberían atenderlos-..."

Sí. Ahora podemos pensar que son un grupo de hipertensos comiendo y traficando jamón crudo.

Para recibir asesoramiento sobre consumo problemático comunicarse al (011) 4320-1200. o para conocer los dispositivos de ayuda en Mar del Plata, 0800-222-1133 las 24hs.