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Redacción: Sebastián Jiménez | Pablo Hunger | María Elisa López | Emiliano Gagliano
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31 de octubre de 2021
Como casi todo lo que busca impulsar este gobierno, la campaña del Sí, que el oficialismo lanzó a modo de publicidad oficial luego de la derrota de las PASO, no logra pasar de los manuales a las prácticas. En otras palabras, no logra dar la imagen de un gobierno que escuchó las urnas por más que se empeñe todos los días en decirlo.
La llegada del consultor catalán a Casa Rosada y la idea de que los tristes no ganan elecciones no pareciera, según las encuestas de las últimas semanas, tener eco en el electorado, especialmente en el de la provincia de Buenos Aires, el más importante a conquistar luego del traspié electoral.
Más allá de que por ahí el oficialismo y sus asesores siguen ignorando la realidad y no entienden que los tristes en este país no son los políticos sino los argentinos de a pie que año tras año tienen más pobreza, más inflación y más inseguridad, la campaña del Sí está en otro plano. No podía ser para menos, se trata del gobierno de Fernández-Fernández.
La “campaña del Sí”, que mandó al archivo a “la vida que queremos”, propone ideas que quedan sepultadas con solo ver la agenda mediática producto de los errores diarios de un gobierno cada día más débil.
Entre otras cosas, la campaña guionada por el nuevo consultor estrella del kirchnerismo, propone “sí, a bajar la inflación”. Este es un punto delicado de la macroeconomía argentina que el gobierno, que se ufana de no tener plan económico, piensa que bajará por el simple hecho de congelar los precios mientras, como siempre, responsabiliza por este flagelo a otros sin siquiera rever al menos su política monetaria.
Es interesante el sentido que el oficialismo le da a la frase “escuchamos las urnas” porque la misma campaña propone si a “sí a arrancar las peleas de raíz y dialogar” y, también en el plano económico, el gobierno confirmó que del dicho al hecho hay un largo trecho. Lejos de dialogar, Feletti días atrás se disfrazó de Gelbard y de forma unilateral impuso el congelamiento de precios, diciendo, junto a otros referentes de su espacio, que era la única medida necesaria para que los empresarios no generen inflación.
Y así y todo, con cepo y congelamiento de precios, el dólar oficial sigue atrasado y la brecha con el blue aumenta. Pareciera improvisado, pero si uno observa el resultado en elecciones y compara con la brecha del tipo de cambio hay una correlación estrecha para los oficialismos que podría augurar lo que ocurrirá en noviembre.
Pareciera que el gobierno se empeña día a día en hacer todo para perder la inflación, en este caso alimentando el sesgo anti empresario y diciendo que su propuesta es “sí a fabricas acá”, cuando siempre pensó que lo mejor sería la sustitución de importaciones y ensamblar tecnología en Tierra del Fuego. Un lugar muy lindo, pero lejos de todo punto de desarrollo logístico que encarece enormemente los fletes.
En la última semana en el Sur se vivieron días de mucha violencia. El Presidente se peleó con una gobernadora de su espacio, dijo que el rol de las Fuerzas de Seguridad no era garantizar la paz y el orden, y al mismo tiempo se apega a la campaña del “sí, a sentirme más segura”. La sensación de seguridad para un gobierno que tiene a Aníbal Fernández como ministro es realmente apabullante, sobre todo cuando reacciona lento y mal ante reclamos de grupos secesionistas.
Luego de las elecciones, se empezó observar una fragilidad dentro del Frente de Todos, que por ende también pegó en la idea de que el peronismo unido es invencible. En una encuesta de los últimos días de Giaccobe & Asociados, cuando se mide entre electores los valores del oficialismo en todo el país, ante la pregunta “¿Cuál es su posición respecto del Frente de Todos?” la respuesta de los votantes ha sido hasta ahora negativa. En julio, un 30 de los encuestados a nivel nacional decía que quería “que el FdT gane las elecciones”. Luego de las PASO bajó a 25%, y en la última semana vuelve a bajar dos puntos más.
Otra encuesta, de Federico González, dio un dato interesante. En ese sondeo, Diego Santilli aparece arriba de Victoria Tolosa Paz por siete puntos. Esa diferencia se achicaría a un punto si el candidato del oficialismo hubiese sido Sergio Berni.
En este panorama, quien aparece como gran candidato es Horacio Rodríguez Larreta, el único político tradicional que tiene un diferencial positivo, es decir, la resta entre la imagen positiva y negativa. Por fuera de él, los únicos políticos que la gente valora positivamente son Milei y Espert.
Hay un dato también en relación a Larreta que cuando se muestra en modo campaña su imagen baja. Si politizarse lo perjudica ¿Le convendría quedar posicionado como jefe de la oposición para ser candidato en 2023?
Mientras el oficialismo dice que no a su propia campaña del sí, la oposición se fortalece en la provincia luego de la dura derrota del 2019. Con un aditivo. Hace muchos años, cuando a los electores se les preguntaba cómo se definían ideológicamente, sólo un 3 por ciento decía ser radical. Ahora, según el último sondeo de Giacobbe, ese porcentaje subió al 10%. Un dato más de la agenda política de la semana pero relevante para entender el efecto Facundo Manes en el interior bonaerense. Los radicales a nivel nacional consiguieron el 45% de los votos de la coalición opositora y buscarán poner un candidato ¿Quién será?
Se conformarán equipos locales para implementar planes de acción
Así lo comunicó el Ministerio de Ambiente bonaerense.
Afectó el despacho de combustibles.
En la ruta que une el ingreso a Santa Clara con la autovía 2.
en medio de la ola polar.
La deportista participó de varias jornadas de entrenamiento en Santa Clara.